miércoles, 30 de enero de 2013

VIOLENCIA DE GENERO: CONSECUENCIAS SOBRE LOS NIÑOS

Ya en el embarazo la madre puede sufrir malos tratos físicos o psicológicos, de hecho en esta etapa hay veces que marca el principio de la violencia o esta se recrudece. Las consecuencias pueden ser parto prematuro, bajo peso al nacer, mortalidad perinatal; también se tiene conocimiento que la mujer en situación de malos tratos, tienen menos seguimiento del embarazo, hay más interrupciones voluntarias de mismo, y participan menos en la preparación para el parto. Además hay más posibilidades de consumo de alcohol y ansolíticos por parte de la madre.

La primera infancia está relacionada con el desarrollo del apego. Los niños que experimentan malos tratos pueden crecer con una falta o desorganización en le apego, se observan además trastornos de relación con sus iguales, conductas de retraimiento y retrasos cognitivos. Los menores perciben el miedo y la ansiedad de sus padres, en esta época pueden ser ignoradas sus necesidades llevando a la desconfianza y al abandono emocional. Los menores observan la realidad sin comprenderla y pueden llegar a pensar que ellos son la causa del conflicto, se culpan y tienen sentimientos de inutilidad y ansiedad. La sintomatología en esta etapa comprende: miedo, desamparo, impotencia, creen que pueden morir durante las agresiones, ansiedad, inseguridad, dudas, negación, regresión, tristeza y aislamiento.

En la infancia media los problemas afectan fundamentalmente al desarrollo socio- emocional. En esta etapa la dificultad de comprensión y asimilación de los problemas se expresa a través de ansiedad, depresión y cognición, a medida que el niño crece, aumenta su capacidad para entender y asimilar la realidad y se puede producir la alianza con uno de los padres, culpabilización del otro, hostilidad... Se hace más presente la sintomatología ansiosa y depresiva así como el aislamiento escolar y social. En la pre- adolesciencia estos sentimientos de frustración y desamparo pueden dar lugar a conducta antisocial o conductas adultas de protección de padres y hermanos pero a medida que crecen puede aumentar el desapego, embotamiento y bloqueo.

En la adolescencia se alcanza el desarrollo intelectual, pero existe un desarrollo asimétrico dado que la mayor capacidad de análisis y evaluación no va paralela a los conocimientos y experiencias que presenta el sujeto adulto. En los adolescentes puede existir un fuerte sentimiento de desamparo al no poder salvar a las madres, los síntomas más frecuentes son actitudes de responsabilidad excesiva en el hogar, de tal manera, que se interponen delante de la madre cuando el padre intenta golpearla, recibiendo ellos mismos los golpes e incluso llegando ellos mismos a  agredir a sus propios padres, a veces se han dado casos de parricidios. También pueden experimentar cambios radicales de vida, se escapan mediante el sexo y la delincuencia. 

De una forma general basándonos en la Victimología evolutiva, se puede decir que los efectos de ser testigo de violencia son característicos de las etapas de la Psicopatología del Desarrollo, siendo propensas las víctimas a presentar problemas en su desarrollo evolutivo, emocional, cognitivo y social, que le impide el bienestar y un progreso adecuado como persona. 

                                                                                                                           Olga García

No hay comentarios:

Publicar un comentario