miércoles, 1 de mayo de 2013

VIOLENCIA DE GENERO MASCULINO

Los comportamientos violentos han estado ligados generalmente al género masculino. Sin embargo, en el tema de la violencia doméstica se discute acerca de la supuesta supremacía del sexo masculino en la autoría de los mismos. Hoy en día, para algunos investigadores, casi el mismo número de hombres que de mujeres sufren malos tratos por parte de sus parejas. En muchos países, el número de hombres que reciben malos tratos de sus parejas es prácticamente similar al de las mujeres, cuando no mayor.

Un hombre maltratado es aquel que es habitualmente agredido, en forma física o verbal, por su esposa, sus hijos o por quienes conviven con él. Por el tipo de sociedad patriarcal en la que vivimos, la golpeada suele ser la mujer y a un hombre le cuesta admitirlo. Los hombres maltratados no se atreven a denunciar estos hechos, porque los ven como algo que puede afectar a su hombría. La percepción común es que los hombres nunca son las víctimas de la violencia doméstica. Para resolver el problema debemos liberarnos de este tabú y tener un acercamiento más equilibrado al problema. Como sucede con la mayoría de los problemas de violencia familiar, la situación empeora día tras día y los maltratos aumentan puertas adentro y con más de un cómplice.

La agresión verbal es más citada ante los profesionales, por los hombres que por las mujeres. La desautorización de la palabra frente a los hijos es sumamente agresiva para los hombres, aunque las comunidad tiene poca conciencia de esto. Cuando este tipo de críticas no se realiza en la intimidad, las agresiones se trasforman en graves denigraciones. La principal causa reside en el hecho de que se trata de matrimonios enfermos. Aunque los problemas económicos, la falta de trabajo y las adicciones aumentan las formas de violencia. Las principales causas de la violencia doméstica son el deterioro de la relación de la pareja y la incompatibilidad de caracteres, que empiezan a chocar y llegan a los malos tratos. La problemática puede ser enfocada desde la desigualdad social entre los géneros en cuanto al ejercicio del poder entre varones y mujeres (posturas machistas y feministas radicales, autoritaristas)

El hombre está abandonando "afortunadamente para todos" el rol único de proveedor de los bienes de la familia (progresivamente se está compartiendo ese rol, con la mujer) Ante una sociedad machista el que en ocasiones su salario sea menor o incluso se encuentre sin trabajo, genera una situación que daña su autoestima y aumenta la agresión del grupo familiar hacia él.

No obstante, es un fenómeno distinto a la violencia contra las mujeres y debe analizarse como tal debido a que, como se está planteando su naturaleza, causas y consecuencias serían distintas, así como en los espacios en los que se manifiesta.

Habría que diferenciar entre violencia de género hacia la mujer, violencia de género hacia el hombre y violencia intragénero: los tres tipos son denunciables, porque existe una denigración y desvaloración de una persona, de un igual; pero las causas que las generan y las consecuencias son de índole y grado distinto. Se insiste más en violencia de género hacia la mujer, ya que la principal causa que la generan es cultural y está enraizada en nuestra sociedad, de ahí la importancia de campañas de prevención y coeducación

Olga García


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